martes, 26 de mayo de 2015

Día 8, las personas también son objetivos turísticos

Nos despertamos los dos malos. Desayunamos aunque no teníamos muchas ganas. Miguel estaba especialmente malo. Nos cambiamos a una casa más pequeña porque en la casa donde dormimos había una reserva para aquella noche. Ambos son familia. Nuestros nuevos caseros son gente muy maja. 

Tras mudarnos fuimos a la clínica internacional, donde nos atendieron. Como no teníamos suficiente dinero para pagar la consulta, nos llevaron en ambulancia a la cadeca (bendita sanidad privada...). Con el dinero pagamos tanto la consulta como los medicamentos. 

Después fuimos a utilizar Internet (tuvimos que hacer cola). Me puse en contacto con mis seres queridos. Todo está bien.

Luego nos fuimos a casa porque el calor era insoportable, pero pasando por algunos sitios turísticos. Estuvimos descansando en la habitación y a las cinco de la tarde comimos algo. Desde entonces hasta ahora (la noche) hemos estado platicando con nuestros caseros. Una pareja y su hija. Son gente muy sencilla y agradable. Podría haber estado hablando con ellos por muchas más horas. Hablar con los cubanos de a pie me hace creer cada vez más en el éxito de la revolución socialista.

Finalmente dimos un paseo corto por las calles iluminadas con farolas. Hemos vuelto a la casa y ahora mismo estamos tomando un mojito muy rico. Aquí pican el hielo y no es tan fuerte como los demás. Seguiremos hablando por la noche con esta gente. Puede que la casa no sea la más bonita de la ciudad ni de Cuba, pero sus propietarios son la gente más encantadora que hemos conocido hasta ahora. 

He pasado algo de miedo por si Miguel se desmayaba, pero por suerte no pasó. Me entristecí por hablar tan poco con Andrea. En el paseo nocturno estuvo charlando sobre política con Miguel de una forma profunda, más si cabe estando en Cuba. Nos han dicho que el coche, aparcado en un garaje privado, tiene una rueda pinchada. Esperamos que solo esté desinflada.






No hay comentarios:

Publicar un comentario