viernes, 10 de abril de 2015

Día 1, comienza la aventura.

Cogimos el avión por la mínima y sin poder facturar, así que todos los productos de higiene fueron a la basura, o al baño de la chica de seguridad, no lo sé. Por suerte el chico que nos atendió a la hora de hacer el check-in fue muy majo y llamó al piloto para que esperasen por nosotros. En resumen, la gente tuvo que esperar por nosotros (espero que no nos odien mucho).
 
En vez de ir directos a La Habana tuvimos que hacer escala en París. Era una escala de unas 3 horas pero como teníamos que cambiar de aeropuerto no fue muy aburrido.
 
El vuelo se hizo ameno. Tenían El Indomable Will Hunting, una de esas películas que habré visto mil veces y nunca me canso de ella. También tenían montones de películas, de series y de música más. Los tópicos que se dicen sobre la mala calidad de la comida en los aviones se cumplieron. Además de mala era escasa pero la bebida era gratis y andar también, por eso había un chico que estuvo recorriendo los interminables pasillos del avión durante horas sin parar.
 
Al llegar a La Habana estuvimos dos horas o algo más esperando las mochilas. A la salida y tras rellenar una hoja del visado nos estaba esperando una chica muy maja con mi nombre en un cartel. Antes de meternos al coche cambiamos algo de dinero en el banco del aeropuerto. Cuando llegamos al coche la chica nos dijo que no desconfiásemos de ella y como prueba metió su bolso junto a nuestras mochilas en el maletero. Este detalle me hizo sentir cómodo porque aunque no desconfiábamos de ella, hizo todo lo posible para ser hospitalaria. Antes de llevarnos a la casa que teníamos contratada para esa noche en La Habana (solo teníamos contratada esa casa, el resto era aventura) nos llevó a una gasolinera donde pudimos comprar gel y desodorante. El desodorante era roll-on y nos pareció un poco cara la compra (4,65 CUC).
 
Ya en la casa como era de noche la dueña nos recomendó un sitio cercano para cenar bueno, bonito y barato. Deberíamos reconocer el local por las luces características de su fachada pero en cuanto salimos a la calle se fue la luz en todo el distrito así que acabamos tomando un filete de cerdo en un sitio cercano. Costó en total 10 CUC, nada malo para lo bien que cenamos. Volvimos a la casa dando un pequeño paseo porque estábamos muy cansados. Un hombre mayor nos pidió un cigarrillo. En el bar de la esquina de la casa unos chicos querían que entrásemos a tomar algo con ellos (les entraron aún más ganas cuando supieron que éramos españoles) pero dijimos que no y nos fuimos a dormir. No sé si realmente querían tomar algo con nosotros o que les invitásemos.
 
P.D. el taxi no era el típico coche americano de los 50 tan característico de Cuba y tan pintoresco, pero había muchos de ese tipo por las calles.

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