viernes, 8 de noviembre de 2013

Dejaría

No te rindas
aunque la inmensidad de los días
sea el crisol de tu vida,
aunque no veas la orilla
del mar ni la salida.
Piensa en quien te quiere,
en quien te cuida
en quien te mima
y en quien le consuele
cuando se haya apagado
la llama de tu vida.
Piensa también qué pasaría
si consumases lo pensado.
¿Quién se moriría?
¿Tú o tu compañía?
¿Tú o tu querida?
¿Tú o tu risa?
¿Tú o la brisa
que respira
tu familia?

No puedo resistirlo,
el tormento es muy fuerte 
y mi alma hace tiempo que es inherte.
Aún no sé por qué sigo vivo.
Tengo sueños en que no respiro
y pesadillas en que no vuelvo a verte.
Tengo recuerdos de gente
y olvido que sólo son son desconocidos.
Pienso, ¿quién me quiere?
¿A quién quiero?
¿Qué busca mi mente?
¿Qué es el infierno
y qué es el cielo?
Pienso, ¿qué hubiese pasado
si no apareciese en su vida?
¿Estaría desdichada y perdida
o viviría cada invierno como un verano?

!Basta¡ No quiero sufrir
ni que me sufran.
No quiero ser un peso 
ni una carga.
Dejaría venir a la parca
y que me diese su beso.
Dejaría que el río de mi alma

fuese a dar al mar del cielo. 
Dejaría que de los poetas, los patriarcas

me enseñasen el averno.
Dejaría ensañarse con mi anhelo
a cualquier ser que le plazca.
Entonces, ¿por qué vivir?
De pronto, rizando su pelo
exclamé "te quiero"
hallando respuesta
a todos mis deseos.

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