jueves, 18 de septiembre de 2014

Te odio

Te odio.
Te llevaste lo que más quería
y ahora solo quedan recuerdos 
y melancolía.

Duele ver como te vas,
pero alguien como tú jamás 
querría estar con uno más.

La multitud no me deja respirar. 
Si hay un Dios ahí arriba 
decidle que afloje mi correa
porque me va a ahogar.

Son ya dieciocho que valen como ochenta.
Vivo a duras penas

y a duras penas veo el final


Es ya demasiado tiempo invertido,
demasiado sentimiento,
demasiado recuerdo,
demasiado camino recorrido.

Me prometiste todo y todo me diste,
pero yo pensé que sería solo lo bueno.

¿Quién te dice que la luz al final del túnel
un día no se apagará?
¿Quién te dice que los siempre
no tienen caducidad?

Todos los pájaros siempre
quieren cambiar de nido.
El problema es que algunos
quieren cambiar teniendo ya pareja.

Tengo dudas y escuecen. 
Aún más cuando son
de la persona que sientes.

Me marcho y te dejo
la luz apagada,
así cierras los ojos
para recordar mi cara.

El olvido nunca fue una de mis facetas
pero con tiempo y calma
el mañana dirá.

No concibo un futuro
si no es a tu lado
sin compartir tus labios
con otro.
Pero de nada ya sirve llorar.

Las páginas que yo paso
siempre están marchitas,
alguien debería obligar a vuestro Dios
a rendir cuentas.

Redimirme para buscar la salvación.
Antes muerto que sin tus labios.

¿Por qué no comprendes
que yo jamás quise hacerte daño?
¿Por qué me sigues interrogando
aunque sabes que me desangro por dentro?
¿No ves que no quiero hablar?

Lo único que quiero es tu silencio.

Perdóname si alguna vez cometí un fallo.
Prometo volver a ser como antes, pero,
tú prométeme que nunca vas a dejarme.

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