jueves, 8 de diciembre de 2011

El suicidio de los sentimientos

La habitación estaba oscura y parecía deshabitada, todavía no sé por qué quise entrar, quizás era la curiosidad por lo que no se ve o quizás las ganas de descubrirlo. Encendí la luz y allí estaba colgado de la viga de la desolación con una cuerda de odio, inerte, descuidado, desnutrido, muerto. Intenté reanimarlo durante meses, día tras día iba a visitarlo, le arropaba le daba cariño, ternura y pasión, su propia medicina pero nada ocurría.
Me dejé llevar por la desesperación, fingía que estaba vivo, a veces me lo llegué a creer pero cuando estaba solo no podía seguir con la mentira. Nadie lo sabía, solo yo me preocupaba por él, solo él podía curarme todos los males y solo yo podía recordarle. Pero, ¿qué hago yo ahora que él no está? ¿Quién me abrigará en esas tardes de invierno y me refrescará en las calurosas mañanas de verano?
Adiós mi cuidador y mentor, descansa en paz amigo, descansa en paz amor.


2 comentarios:

  1. Que bonito(: Te sigo^^!
    Te pasas por el mio? www.deseosutopicos.blogspot.com

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  2. Muchas gracias :) te animo a que lo visites con cada entrada y me ayudes a mejorar.

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