La sombra que dejarás
cuando me dejes
será la que iluminará
mi camino siempre
siempre hundido en el mar
de nunca volver a verte
congelando las gotas de mi cristal
viviendo la muerte.
Tu bien se abrazó a mi mal
y ganaste, tengo suerte,
de existir sin estar
pero igual mañana acaba mientras duermes
y la sangre me empieza a faltar.
Aquí nos vemos en una vida entre trenes
trenes que sujetaré y evitaré que descarrilarán,
quién sabe si siempre o en mi mente.
De la vida amarras soltar
y entre mis brazos una vez más cogerte
pero el golpe puede rebotar
ser tú la herida del demente,
sentir el escalofrío brotar
sabiendo que me mientes.
Mis recuerdos de tu vida no quiero contar
porque son incontables como billetes,
como el azar,
como los poemas que te escribiré si quieres
o como las vidas que contigo quiero pasar.
Tus labios serán igual que el fuego caliente,
lo quieres disfrutar
pero sabes que así no será siempre.
Nunca nadie me hará dudar
de por qué mi corazón siente
sentir que así siempre será.
Eres la tortuga de mi liebre,
eres mi manto y santo grial,
eres mi nunca, pero siempre serás mi muerte.